
Hoy mientras hablaba con un potencial cliente, me sorprendía a mí misma "vendiendo" las bondades de tener una página Web en Internet.
Sí, extrañamente hay gente que aún desconoce ese maravilloso mundo. Su potencial, su vertiginoso crecimiento, su estratosféricos números que ya no son exponenciales, en fin, el prometedor comercio que se abre ante uno o ante una empresa en el momento que decide introducirse en la Red.
Lógicamente esto ha creado, desde mi punto de vista, dos sociedades completamente diferentes, con necesidades y obligaciones dispares. Por un lado, la sociedad no-internauta, quizás la más conocida, con unos parámetros muy bien definidos y estudiados, con unas pautas muy reconocidas, con un desconocimiento total o parcial del uso de Internet. Y por otro lado, la sociedad internauta que se abre camino a pasos agigantados, sin pautas previas (por mucha bibliografía a marcha forzada que se esté elaborando o mucho gurú que adivine el futuro de la Red) y una obligación permanente de estar SI o SI.
No me cabe duda de que es necesario estar si quieres ser visible, si quieres que tu negocio o empresa crezca, si quieres ampliar tus miras comerciales más allá de la publicidad tradicional: folletos, tarjeta de visita, presentaciones en power point,...pero obviamente no vale TODO.
Abogo porque la sociedad no-internauta vaya introduciéndose paso a paso (poco a poco). Opino que los "sabedores" tienen que hacer una labor educativa por explicar la necesidad de estar en la Red, de dar a conocer cuáles son realmente las ventajas de Internet, pero también, de las obligaciones que se crean cuando inicias este camino.
Para que estas dos sociedades sean más homogéneas ni una tiene que olvidar de dónde viene ni otra tiene que olvidar hacia dónde vamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario