Blog sobre la comunicación en el Tercer Sector

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martes, 27 de julio de 2010

Sobre redes sociales, eatworking y las tortas Inés Rosales

La semana pasada estuve en un curso de verano sobre Redes Sociales organizado por la Universidad Pablo Olavide en Carmona (Sevilla). Consideré que era importante para mí y para Dobleese comunicación.
Si nos centramos en el título puede parece ser que estuve en unas jornadas de gastronomía innovadora, mezclando conceptos tradicionales con novedosos. Pero no es así. Lo que sí es verdad es que aprendí mucho de los ponentes, pero también de la gente que estuvo en el curso.


Sobre redes sociales
Quizás, por mi interés personal-profesional, me quedo con las intervenciones de Juan Varela (periodistas21) http://periodistas21.blogspot.com/ "Los jóvenes tienen mucha memoria ram, los mayores, más disco duro". No me cabe duda de que esto es verdad, pero eso significa una cambio en la percepción, memorización, retroalimentación y acción no sólo del "corto-plazo" (cotidiano) sino del "largo plazo" (tiempos futuros).

Otras de las ponencias que me resultó muy interesante fue la de Selva Mª Orejón, (vicepresidenta de AERCO http://www.aercomunidad.org/ entre otras labores importantes). Habló del Community Manager, de esta nueva profesión que como bien ha "traducido" esta asociación en español sería la de Responsable de Comunidad, de sus competencias, de su labor, de sus objetivos, de cómo se gestiona, de cómo se actua. Pienso, y según lo referido por Selva, que es un perfil multidisciplinar que combina la teoría estudiada y la práctica virtual. Del profesional experimentado en tareas de comunicación tradicional con la persona virtuosa de Internet y las redes sociales.

Me gustó Manuel Díaz Escalera (premio E-Twinning de enseñanza colaborativa), por su implicación educativa; Antonio Lafuente (científico del CSIC) por ofrecernos un debate sobre la ciencia y la medicina en el nuevo ámbito de las redes sociales; Victor Alejandro Gil por hablarnos sobre conceptos como "coolhunting" (autor del libro con este título); Karma Peiró (http://www.karmapeiro.wordpress.com/) por su ponencia y por dejarnos debatir sobre periodismo a los alumnos-periodistas que allí estábamos y Juan Freire por hablar de tendencias y referirnos entre otras cosas, el wikileaks (eso de las filtraciones políticas que desde ayer está en todos los periódicos nacionales e internacionales).

Sobre "Eatworking"
Palabra acuñada por los alumnos del curso y que era muy usada en el tiempo que va de la jornada matutina a la vespertina. Un espacio de relax donde departíamos sobre los ponentes, sobre las charlas ofrecidas, sobre un nuevo concepto que nos habían dado (el 99% en inglés, qué pena que se imponga otro idioma frente al rico español), sobre la combinación entre facebook y twitter, sobre el arroz pasado o no de la cantina próxima al Palacio de los Briones (donde estaban las clases) o sobre el calor a las 15.45 de la tarde en Carmona.

Sobre Inés Rosales
Francamente, hacía tiempo que no me tomaba una torta de Inés Rosales. Qué buena. Unas compañeras del curso nos las trajeron y estuvimos todos los alumnos recordando nuestra infancia: juegos, amigos, familia. Fue en ese momento en el que hicimos todos un corrillo para hablar de nuestras experiencias en "tiempo real".

¿Por qué la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor? Extrapolándolo al tema del curso me hace pensar que nos enfrentamos a todo un cambio. Estamos sumergidos en un proceso realmente novedoso que quizás no estemos del todo preparados. En este devenir, podemos percibir que cualquier tiempo anterior fue mejor, porque era lo tradicional, lo conocido, lo aprenhedido. Ese quizás temor a los nuevo, a lo desconocido, es lo que nos plantea duda. Está claro que se impone la adaptación pues más allá de los planteamientos tipo: qué tiempo fue el mejor, hay un empuje superlativo del "virtual".

Me sorprende el amplio abánico de posibilidades que ofrece la Red y que nos han mostrado todos en este curso de Carmona. De la gran cantidad de profesionales que altruistamente ofrecen su conocimientos sobre la materia, cuando sabes que han gastado retina frente al ordenador por saber más y más de este medio que se engrandece cada microsegundo.

No me queda más que decir, VIVA EL ACTIVIMOS DE LA RED. A por ello.




jueves, 8 de julio de 2010

Internet: la creación de dos sociedades distintas


Hoy mientras hablaba con un potencial cliente, me sorprendía a mí misma "vendiendo" las bondades de tener una página Web en Internet.

Sí, extrañamente hay gente que aún desconoce ese maravilloso mundo. Su potencial, su vertiginoso crecimiento, su estratosféricos números que ya no son exponenciales, en fin, el prometedor comercio que se abre ante uno o ante una empresa en el momento que decide introducirse en la Red.

Lógicamente esto ha creado, desde mi punto de vista, dos sociedades completamente diferentes, con necesidades y obligaciones dispares. Por un lado, la sociedad no-internauta, quizás la más conocida, con unos parámetros muy bien definidos y estudiados, con unas pautas muy reconocidas, con un desconocimiento total o parcial del uso de Internet. Y por otro lado, la sociedad internauta que se abre camino a pasos agigantados, sin pautas previas (por mucha bibliografía a marcha forzada que se esté elaborando o mucho gurú que adivine el futuro de la Red) y una obligación permanente de estar SI o SI.

No me cabe duda de que es necesario estar si quieres ser visible, si quieres que tu negocio o empresa crezca, si quieres ampliar tus miras comerciales más allá de la publicidad tradicional: folletos, tarjeta de visita, presentaciones en power point,...pero obviamente no vale TODO.

Abogo porque la sociedad no-internauta vaya introduciéndose paso a paso (poco a poco). Opino que los "sabedores" tienen que hacer una labor educativa por explicar la necesidad de estar en la Red, de dar a conocer cuáles son realmente las ventajas de Internet, pero también, de las obligaciones que se crean cuando inicias este camino.

Para que estas dos sociedades sean más homogéneas ni una tiene que olvidar de dónde viene ni otra tiene que olvidar hacia dónde vamos.

jueves, 1 de julio de 2010

Demasiados periodistas antes, pues ¿ahora?

Recuerdo cuando estudiaba la carrera (hace ya más de una década) que había un comentario circulando por la Facultad. No sé si eran datos contrastados o puro chismorreo, pero caló entre los compañeros y en mí, por supuesto. Según decían, la suma de todos los recién licenciados de las facultades de periodismo en España, en un año, ocupaba la demanda de profesionales durante diez años de toda Europa.
Con esta cifra más de uno decidió abandonar la Universidad y prepararse una oposición. Evidentemente, la gran mayoría continuó hasta finalizar, para darse cuenta posteriormente que si no era completamente cierto el comentario, se asemejaba mucho porque el panorama laboral era devastador.
¿Qué está pasando ahora? El periodismo concebido como tal, ha salido de las aulas y se ha materializado en cada uno de nosotros. Todos somos periodistas. No sólo a los que nos otorgaron el título. Cuando digo a todos, me refiero a cada uno de los seres humanos. La pluralidad y la accesibilidad a los medios ha proporcionado este "plus de acción".
Todos podemos escribir, todos podemos fotografiar, todos podemos grabar. Hasta ahí, perfecto. Pero es que la segunda parte es: todo puede ser publicado, todo puede ser fotografiado, todo puede ser emitido. La verdad y la NO verdad.
Recuerdo siempre el temor que tenía al principio frente a una hoja en blanco, me sincero al decir que aún lo sigo teniendo. Ese momento de cierta presión porque eres consciente que lo que estás haciendo es importante. Así te lo han hecho ver y así lo estás viendo tú.
La responsabilidad de un periodista cuando escribe para ser leído, y no por puro deseo de emborronar, te obliga a reflexionar sobre el contenido de lo que vas a poner en el papel. Reconocer lo que es importante y lo que no. Lo que es de interés público y lo que no. Lo que puedes contar y lo que no.
Siempre se ha puesto en tela de juicio la objetividad, la contrastación de la información, ... y otros factores que parecían ser intrínsecos a nuestro devenir profesional. Pero, ¿ahora? parece ser que eso ha quedado relegado a un segundo o tercer plano. Todo vale. En una aldea global (recuerdos a McLuhan) que más parece una casa de vecinos -y no por la proximidad, sino por la tendencia al cotilleo- el concepto tan etéreo de interconexión humana, se ha perdido. No hay cordura, ni responsabilidad, ni nadie asume el peligro y coste de este barco a la deriva.
Lanzo una pregunta al vacío sabiendo que para ello no existe una respuesta objetiva, o por lo menos, en la actualidad no la hay. ¿Cómo se controla este auténtico descontrol?
Dejo para otra entrada y otra reflexión, cuáles son las verdades consecuencias de este desorden, de este desmadre.