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martes, 10 de febrero de 2015

Y pongamos que hablo de las ONG


Caminante no hay camino 
Un poco al hilo de lo que escribía en mi primer post, después de este parón como bloguera, y fiel a mis gustos profesionales, quiero empezar esta etapa poniendo nombre a mi intención. 

El ámbito de las ONG es algo que siempre me ha apasionado; supongo que en esto tiene mucho que ver mi primer trabajo remunerado como periodista en COLEGA (Colectivo de Lesbianas y Gays de Andalucía). Una experiencia enriquecedora sobre la que sugiero a muchos que van de "tolerantes en la distancia" la hagan, ya sea en un asociación así o similar.   

Creo que aquello me ha marcado algo mi forma de ver las cosas en ciertos aspectos fundamentales de la vida. Me brindaron la oportunidad de sentirme minoría, afortunadamente sin la connotación de discriminación que muchas veces conlleva esta palabra.

Ya esbocé, hace algunos años y en algún post antiguo, el interés por hablar del papel de la comunicación en el Tercer Sector. Recuerdo que a finales de los 90, cuando puse mi empeño en montar una consultoría en este ámbito, el 90% de las ONG en Sevilla no tenían departamento de comunicación. Todo estaba por hacer y nada había dicho.

En la actualidad el panorama ha cambiado totalmente. Según datos de 2010 (algo obsoleto, pero fiables) y extraídos de la investigación de Arroyo, Martín y Mamic (2010:142) "la gran mayoría de ONG (80%) cuenta con un departamento de comunicación". Pero sin datos contrastados, solo teniendo en cuenta la visibilidad de las mas grandes y viendo cómo se mueven las más pequeñas, o ese porcentaje ha disminuido como consecuencia de la crisis o se están haciendo mal las cosas en éstas últimas.

Durante un pasado no muy lejano los departamentos de comunicación en este sector desempeñaban trabajos muy próximos a los de promoción y captación de fondos. Eso se revertió durante la época de bonanza pues, apoyados por la financiación pública, se invertía en recursos humanos para diferenciar una labor de la otra. Ahora, y con el grifo cerrado de las ayudas y la caída en el números de socios esta situación se vuelve a repetir.

Frente a la escasez de lo público llegó el momento de buscar entre lo privado. Y ahí es donde la #solidaridad de los ciudadanos, -aunque no me gusta hablar de ello en estos términos- es tendencia, y está jugando un papel fundamental dentro de la comunicación de las ONG.

Las campañas de las grandes que impresionan, en la mayoría de las ocasiones, por lo acertado de sus mensajes y el gran impacto conseguido, están obteniendo la movilización, y sobre todo, el dinero para financiar sus proyectos. De las pequeñas, exceptuando algunas campañas que han conseguido notoriedad, no consiguen sus objetivos. 

Pongo algunos ejemplos de esas pequeñas campañas, aunque de diferente calado social, que han obtenido respuestas favorables: 
  • La voz en Twitter de las personas sin hogar. @Placido_Mo de la ONG Arrelf Fundació. Surgió en 2011 y aún se mantiene muy vivo este proyecto que en su momento tuvo un importante efecto viral con un presupuesto de campaña muy bajo. 
  • Mas actual, y bajo el #TratamientosYa la campaña que lleva a cabo la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAFHC) que recuerda por su similitud en sus formas a la de Ice Bucket Challenge.
  • Una campaña muy reciente, finalizó justamente ayer, que sale de la iniciativa particular utilizando el crowdfunding y con la que ha obtenido un éxito considerable, a tenor de sus objetivos iniciales marcados, es la iniciativa "luz para los niños". El dinero recaudado se destinará a la Asociación Padre Laraña en Santa Cruz de Tenerife. 
Creo que es importante apoyar estas iniciativas que se quedan en el anonimato, que por falta de recurso, conocimiento o experiencia necesitan de nuestro apoyo, y que tan importante como las grandes, requieren de nuestra #solidaridad. 

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