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jueves, 27 de diciembre de 2012

Dime qué formador eres y te diré qué plataforma te interesa















Soumitra Duttra decía: 


“Los días en los que unos pocos elegidos tenían el poder han terminado. El poder en la Red se asigna en función de la experiencia y no de quien es usted. La gente con mas conocimiento es el nuevo motor del sistema, no necesariamente quien ostenta los títulos”. 


Esta frase que ha sido extraída de una presentación ofrecida por Dolors Reig, me hizo reflexionar sobre la “liberalización” del saber.

La idea de que el conocimiento es universal es simplemente una quimera. Actualmente estamos mas próximos a que la gran mayoría pueda tener acceso al conocimiento, pero aún queda un largo trayecto quizás el más difícil y tortuoso. Aún se puede decir que es amplía la brecha digital en Educación.

Es evidente que la Red es un instrumento de aprendizaje, de aprendizaje permanente, de aproximación real al conocimiento. Esa ha sido siempre una de las claves para entender qué puede aportar Internet en esta materia.


Este post quiero dedicarlo, como primera aproximación, a los entornos virtuales de aprendizaje, es decir, a esos instrumentos que permiten el acceso libre y gratuito a la educación, pero, además, desde el punto de vista del formador (entidad o profesional) que debe elegir por la aplicación más idónea según su perfil, y su proyección profesional.

Me he centrado en tres tipos de agentes: el profesional como individuo generador de formación, el centro educativo (empresa privada, entidad pública) y las universidades.

Por supuesto, no listo todas los que son sino un pequeño ejemplo de las amplías posibilidades que la Red ofrece. 

Para el profesional libre  
Skillshare es una comunidad abierta donde el autor/formador tiene la posibilidad de subir sus clases. Hay dos formas de impartirlas, a través de Internet (online) o presencial, es decir, de forma local (informas de cuándo y dónde la vas a impartir, y los interesados se apuntan).  Postear una clase es gratuito. Skillshare carga un 15% de todos los tickets vendidos al profesor. El precio que paga el estudiante es el que se muestra (hay clases gratuitas). En España no hay anunciado actualmente ninguna y la gran mayoría son online.  

Claroline es un software de código abierto y trabajo colaborativo virtual. El formador puede crear su curso online. Es una de las más conocidas y está traducida a 35 idiomas (incluido el español). 

Algunas plataformas en español:

Escientia.me tiene un fácil manejo, los cursos pueden ser gratuitos o de pago. Si eres alumno no deberás pagar nada, y si eres el formador y le has puesto precio al curso, la web se llevará un 30%.

Cursaronline.com es una web donde el formador puede subir su curso en powerpoint. La publicación del curso es gratuita. Como en los anteriores ejemplos, puede ser sin o con coste para el alumno. En este último caso, el formador recibirá el 50% de los beneficios obtenidos.

A todas estas plataformas hay que sumarles las redes sociales: Facebook, Twitter, los blogs como Wordpress o Blogger son una vía muy útil para que el profesional formador quiera difundir sus conocimientos, darse a conocer en una comunidad educativa y establecer contactos con posibles estudiantes. Los social media también, en estos casos, se postulan  como una base esencial para crear tu propia imagen de marca como formador en la Red.

Para centros de formación
Hay una amplia variedad de plataformas virtuales en las que se puede apoyar un centro de formación a la hora de obtener mayor promoción entre su público, que no es otro que los estudiantes. Hay entidades que ya llevan algunos años utilizando la versatilidad del online para acompañar la formación offline. Pero algunas han dado el salto a la Red para ofrecer cursos de cierto prestigio con una base completamente digital. 

Por supuesto, Moodle es la plataforma virtual mas conocida y usada, sus ventajas superan con creces sus desventajas, y comparándola con otras plataformas, sigue ganando con diferencia.

Atutor es también bastante reconocida. Es una plataforma muy utilizada en los centros educativos. Es de fácil manejo y operatividad. La última versión fue liberada en octubre (hacía mas de un año de la anterior versión).

Tutellus es una plataforma española con visión internacional. Puede servir muy bien para el profesional o para una pequeña empresa de formación. Se pueden realizar los cursos online o en el propio local. La plataforma cobra el 15%, en el caso de que se venda el curso. A los estudiantes, como en las demás web, le sale gratis.

¿Pero por qué no promocionar tu curso a través de Internet y con ello alcanzar notoriedad? Por ejemplo, E-magister que pertenece a la empresa Intercom (Infojobs.net, Softonic) tiene mas de 10 años de experiencia y, como cuenta en su web, listan más de un millón de cursos en 6 idiomas. Te da la posibilidad de publicar los cursos de forma gratuita. Otra web con un directorio bastante completo es Educaweb. Posee una utilidad “te ayudamos a llenar las aulas” donde te asesoran para el posicionamiento en la Red.

Para universidades 
Coursera es una empresa privada que ofrece cursos con profesores de universidades tan prestigiosas como Princeton y Stanford (en total, 33 Universidades). Entre las materias que imparten: Álgebra, Algoritmos, Inteligencia Artificial, Lenguaje de programación,... Los cursos son gratuitos, y tienen una fecha de inicio y de finalización. Cuenta con un importante foro de opinión, con test al final de cada tema, y con ciertos trabajos a lo largo del curso.

EdX es una iniciativa de universidades muy reconocidas como Harvard University, Massachusetts Institute of Technology (MIT) y Berkeley University, y en sí, es una evolución del Open Courseware Consortium que comentaré posteriormente. En este sentido, se ofrecen cursos gratuitos especializados en materias como Ciencia, Humanidades y Tecnología, y cuentan, como en el caso del anterior, con fecha fija, vídeos tutoriales, pruebas y ejercicios online. 

Esta modalidad de cursos abiertos y masivos en línea, denominados MOOC, han ido proliferando, sobre todo, durante estos últimos años. Más allá de su utilidad (que no se cuestiona), de acercar la enseñanza de élite a estudiantes que por distancia o por economía no pueden acceder a este tipo de cursos, está el propio objeto final de la entidad que los organiza. Los datos obtenidos: estudiantes inscritos, temas de mayor interés, opinión en los foros, participación y trabajos realizados. Todo ello ofrece una cantidad ingente de información útil y práctica para iniciar, en un corto plazo de tiempo, el camino a los cursos de pago. La entidad tiene a su alcance la demanda real y con ello, puede diseñar la oferta más idónea. Además, es una combinación perfecta para crear sinergias entre la universidad y  la empresa privada (gestores de contenidos, programadores, desarrolladores web,...).

En España ya hay iniciativas muy similares. Cabe destacar la de la UNED que ha creado su propia plataforma con cursos online gratuitos. 

OpenCourseware Consortium es una plataforma mundial, y con mucho arraigo en España, donde se publica material de docentes universitarios que quieren, y fomentando la sociedad del conocimiento, compartir material bajo licencia Creative Commons.  

Me gustaría señalar en este punto que no hay que dejar a un lado la actualidad y ser conscientes de los problemas generados con la subida de tasas en la Universidad española. Así lo demuestran los datos: el número de estudiantes universitarios ha disminuido el 10% en este año académico 2012-2013 por factores como el incremento del precio de las matrículas y el recorte en las ayudas. Es por ello que no es descabellado pensar sobre la necesidad de buscar alternativas para acercar la educación a aquellos estudiantes, que en la actualidad, no pueden acceder a la Universidad. 

Por el interés que puede suscitar la variedad de iniciativas que están ofreciendo estas entidades, os enlazo con otros ejemplos MOOCS.

Es evidente la importancia de la elección correcta de una plataforma virtual de aprendizaje como instrumento de canalización del conocimiento, pero también es relevante la vocación del formador/entidad que quiera transmitirlo. La finalidad misma de todo ello es que el estudiante forme parte de la educación como elemento activo de la enseñanza. La creación de contenido, la eficacia del trabajo y las aplicaciones que se utilicen son la base fundamental de una educación con visión integradora. 

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